Encuentro
Por un momento la realidad se encarrila sobre su dedo pulgar, sus ojos dorados reposan en los míos y sonríe, acaricia mi nombre con una mano mientras hace presa al cigarrillo con la otra, ajena al tiempo, a los rumores, a las fantasías de hace catorce años. Me aferro al vaso y sonrío, disociación, mis ojos verdes la buscan, su mano reposa en mi hombro, afilo mi mirada para entenderla pero no hace falta, por un breve instante estoy en la cima, me siento sábado, fantaseo con jugar los dos solos como hace catorce años, ajenos a los rumores. Dura lo que tarda en cerrar la puerta. Desaparece tras la cortina del fin de semana y no sé cuándo la volveré a ver en aquel nuevo patio de luces de la calle que da vida a mis recuerdos, a mis palabras. La realidad vuelve a descarrilarse. Soy una colilla mojada a punto de desaparecer y el ardor me invade. Ella dormirá con él y yo soñaré que despertamos juntos.